El pez invernadero
habitante de nuestros mares, donde vive casi bajo la costa.
Se caracteriza por una cabeza muy pronunciada y una boca muy grande con una dentadura triangular muy afilada, su cuerpo es cónico y de color verde azulado en el dorso y blanco plateado en los flancos y el vientre, cubierto de pequeñas escamas. Aunque puede pesar hasta 15 kg, las capturas más frecuentes son de ejemplares de unos 2 kg.
Este pez se alimenta sobre todo de garruchas y salmonetes, de los que es realmente voraz, y prefiere emboscarlos incluso en zonas costeras donde sólo hay unos centímetros de profundidad.
Pesca
La pesca de este espléndido depredador se ha convertido en un auténtico culto. Cebar a este pez es una experiencia muy interesante, debido a su gran combatividad, que se manifiesta en capturas con característicos y espectaculares saltos. La pesca en invernadero es ahora una práctica de todo el año, y ya no se limita a los meses de verano. Como es un depredador voraz, se captura sobre todo con spinning y cebo vivo. El verderón es un visitante habitual de puertos, grandes ensenadas y desembocaduras de grandes ríos, donde insinúa su presa favorita: el mújol.
Pesca a spinning del pez invernadero
Para la pesca a spinning, muy popular para la captura de la anjova, es necesario disponer de un equipo capaz de una acción muy rápida, principalmente el carrete deberá tener una velocidad y una capacidad de devanado muy elevadas. Los movimientos del artificial serán rápidos, con cambios de dirección y frenazos bruscos, simulando un pez en apuros. Durante el ataque del artificial, será muy eficaz utilizar un "stop end go" para incitar al pez a terminar el ataque. Mucha gente utiliza hilo de acero como línea terminal, pero en spinning será más efectivo utilizar un nylon más grueso o fluorocarbono para permitir lances más decididos. Los señuelos más utilizados tendrán un peso de 50 a 70 gramos. En los combates será necesario terminar la pelea lo antes posible, ya que la violenta reacción del pez y los súper saltos que da conducen a un fácil desanzuelado.
Pesca con cebo vivo.
La pesca con cebo vivo puede ser una práctica mortal, tanto desde curricán como desde la playa. Los garfios y los salmonetes son los cebos ideales para capturar este pez. Utilizados en terminales con hilo de acero, montados en líneas de 50 a 70, constituyen el montaje ideal para enfrentarse a la anjova.
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